Translate

jueves, 8 de septiembre de 2011

Crisis de valores

Hace pocos días, un café y unas copas con un buen amigo derivó en una interesante conversación en la que, creo, pocas jóvenes bocas dan cuenta de ello.
¿Crisis económica? Quizá inequívocamente cierto, pero, ¿quién habla de la crisis social de valores en la que nos envolvemos? ¿qué mundo estamos creando?
Esta conversación me hizo reflexionar y apuntar unas líneas.
A nadie le importa ya cómo nos relacionamos entre las personas porque cada vez somos más individualistas y no nos esforzarmos por ser parte del otro, de los demás, de tu gente, de tu vecino.
Hoy miramos indiferente una noticia horrible que salga en el telediario de las 15 horas, no ayudamos a quien tropieza a nuestro lado incluso se esboza una carcajada. Nos reimos sin que nos hagan gracia las cosas, mentimos más de la cuenta, nos sonrojamos cuando descubrimos algo bonito, algo interesante, nos morimos de miedo cuando amamos y nos damos la vuelta cuando las cosas pintan mal.
No creemos en nada, no lloramos cuando sentimos dolor porque a ojos de los demás está "prohibido", no alcanzamos ver cuánto cariño necesita ese anciano que camina solo todos los dias a la misma hora por el mismo lugar. No damos las gracias, nos ofendemos si no hacen rápido lo que queremos, gritamos sin ganas y callamos sin querer, huimos del amor y del trabajo, adoramos a personajes de televisión que nos cuentan su vida para no pensar en la nuestra. No nos interesa crecer, madurar, aprender.
Tanto tienes, tanto vales. Continuamos por ser mejores ¿pero a qué precio?
"Crisis de valores, abril 2011", Escrito el 29 de abril de 2011

5 comentarios:

  1. Hola Cris!!! Estoy totalmente de acuerdo, ahora vivo esta situación de la pérdida de valores desde cerca, pues doy clase en un Instituto de Educación Secundaria, donde, gracias a Dios, una minoría muestra esa falta de valores, esa falta de respeto, ese pasar de todo, pero si me gustaría recalcar que por suerte no es la mayoría, sino estariamos totalmente perdidos... Aún tengo la esperanza de que las cosas cambiarán a mejor, porque al final todo vuelve y las cosas, espero, volverán a su sitio, un besazo, nuria

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu comentario Nuria!

    Esperemos que las cosas cambien. Tampoco pedimos que volvamos a los valores tradicionales, pero sí que el individualismo y la competitividad desaparezcan en pro de valores más comunes y de cercanía con las personas. Al menos,eso pienso.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Trabajo (de voluntaria) hace años con un grupo de niños y chavales y mi única recompensa es ver que son capaces de reflexionar sobre sus acciones, de respetar la sociedad en la que vivimos y de trabajar en equipo. Disfruto de lo que hago, porque ellos son el futuro motor del mundo.
    Nuestras acciones reflejan nuestros valores. Asi que si tenemos cosas buenas que transmitir al resto de la sociedad...

    LUCES, CÁMARAS Y ¡ACCIÓN!

    ResponderEliminar
  4. Tienes mucha suerte Chinita! :)

    ResponderEliminar
  5. Han pasado ya dos años desde que publicaste esta entrada, y mucho me temo que el tiempo te habrá hecho reafirmarte en todo lo que dices. La interacción social cada día se parece más a un absurdo baile de máscaras, en el que todos están convencidos de ser el centro de atención, a pesar de que nadie conoce a nadie. Se pone tanto esmero en parecer, que casi nadie intenta ser, y tienes que ver con tristeza como gente que podría llegar a ser excepcional se deja llevar por cantos de sirena, para terminar creyéndose sus propias mentiras. Todo esto siempre favorecido y potenciado por los medios de ocio, que se han convertido en fábricas de personas. Personalmente, tengo la convicción de que esta enfermedad se cura parándose a pensar media horita al día, pero parece que existe una gran mayoría de gente terriblemente ocupada que no puede permitirse semejante lujo.

    ResponderEliminar